LA FUERZA DE LA UNIÓN
En aquel momento se estrenaba la denominada comúnmente Ley de Dependencia, que convirtió en derechos para nuestros hijos y hermanos lo que antes no lo era, pero una ley que nació huérfana de medios para cumplir el alcance de su objetivo.
En este horizonte seguimos navegando y nos obliga a otear permanentemente para saber en qué dirección largar las velas, pero con la precaución de no caer en un exceso de adaptación.
Como señala Arturo Pinedo, la adaptación constante tiene el encanto de la promisión, de lo que está por llegar, pero nos deja inermes muy a menudo. Es tal el bombardeo constante de juicios de valor, opiniones banales e indignaciones de salón, que se rehúye reivindicar los auténticos principios y valores.
LAS PERSONAS Y SUS FAMILIAS COMO GUÍAS DE REFLEXIÓN Y FUTURO
Ahora estamos viviendo otra ola de cambios, también en lo que respecta a la representación, con la irrupción de nuevas plataformas que engloban a todo el Tercer Sector, en las que el mundo de la discapacidad intelectual vuelve a diluirse más aún formando parte de los llamados colectivos en riesgo de exclusión. Surgen modificaciones normativas o propuestas que tratan de regular todo ello como conjunto. Perdemos importancia, relevancia y medios.
Ante tal vorágine, ha llegado el momento de abrir un espacio tranquilo de reflexión en nuestra joven fundación, que nos permita identificar estrategias, consolidar nuestro futuro, ver qué logros hemos alcanzado en estos años y qué retos tenemos pendientes. En ello estamos y lo haremos pensando siempre en el bienestar de las personas con discapacidad intelectual, en procurarles calidad de vida y oportunidades de futuro, y en la tranquilidad que merecen las familias.
Jesús Mazariegos
Dtor. General de Fundación Personas
